Pues así fue. Aprendieron juntos la pareja a pescar con mosca y la señora fue capaz de capturar y devolver 6 truchas frente a 4 del señor. En este caso más que un curso de iniciación fue una jornada de perfeccionamiento, ya que ambos vinieron perfectamente equipados lo cual les permitió situarse en las mejores posiciones del río y eso ayudó a obtener estos magníficos resultados para ser sus inicios en el arte de la pesca con mosca, a favor también de las buenas condiciones que ofrecía el tramo de Toirigo, ya descansado de la invasión de bañistas propias del mes de agosto.