Un día en el Río Ebro
Esta vez decidimos ir a pasar un día al Río ebro, teníamos muchas ganas de pescar en casa, desde el más pequeño hasta el más grande, las ganas de ir al río nos comia a todos por dentro. Aunque el pequeño ya llevaba días sin ir, y se moría de ganas más que ninguno.
Nos despertamos prontito, organizamos los macutos, preparamos cañas, mochilas, sillas, y después fuimos a coger algo de comida preparada para llegar y comer sin tener que pensar en hacer nada.
Nos costo encontrar un puesto ya que el río había subido, y era sabado... Y claro los sabados todo el mundo quiere pescar.
Una vez ya encontramos el sitio que teníamos ganas de pescar, nos pusimos cada uno hacer nuestro trabajo, montar cañas, bajos, tripode... Y un largo ETC de la pesca. Que solo los pescadores comprendemos.
Y sí aunque el día era con intencion de pescar, a nosotros nos encanta estar en el campo y con estar aallí ya estabamos disfrutando de cada momento, no teníamos prisa de nada y simplemente queríamos disfrutar.
La pesca nunca a entendido de edades, por que es un deporte que lo puede hacer todo el mundo, ademas de ser muy sano y aprender en la naturaleza cosas que en el colegio no les enseñan.
A el pequeño de casa le encanta ir a pescar, de echo siempre quiere ir a pescar. Siempre esta preguntando que cuando volvemos, el tiene sus propias cañas, y carretes. Lo demas lo compartimos, para lo pequeño que es, lanza MUY bien, y bastante lejos. Estoy segura de que será un gran pescador, si sigue acompañandonos y disfrutando de este deporte tanto como nosotros.
Ademas el río es un momento para relajarte, disfrutar, y desconectar. Y eso a todos nos viene bien.
Aunque este día no pescamos, pasamos un gran día el cual disfrutamos mucho. Seguro que pronto volvemos todos juntos. Y nos hacemos con una gran carpa para recordar.